lunes, 16 de febrero de 2009

La llave del destino 06: El anticuario

Al día siguiente, Adrián se despertó e hizo todas las tareas de la casa rápidamente para que, cuando llegase su amigo, pudiesen ir al centro comercial sin perder tiempo.
Carlos llegó a las diez a casa de Adrián y a los veinte minutos ya habían aparcado el coche en el aparcamiento y se dirigían hacia la tienda de antigüedades.
Allí, Adrián sacó el libro de su mochila y se lo mostró al hombre, que pareció extrañado de nuevo. Entonces, después de dar un fuerte suspiro, les contó lo que sabía sobre el libro y la llave:
-Sucedió hace unos siete años. Yo iba tranquilamente paseando cuando le di despistadamente una patada a algo, bajé la vista y allí estaba la dichosa llave que tantos problemas me trajo después. Decidí llevarla a mi tienda y juntarla con las demás llaves viejas que tenía, pero no se me ocurrió lo que eso me supondría en un futuro.
>>Esa misma noche empecé a tener extraños sueños. Nunca eran iguales pero, en todos ellos, aparecían una caja, una llave y una puerta acompañados de una extraña voz que me decía cosas sobre que buscase la caja y la manera de abrir la puerta. Sí, el libro que salía en mis sueños es éste que me traes, nunca antes lo había visto fuera de mis sueños. La única pista que yo tenía era una estúpida llave. Maldito fue el momento en que la recogí del suelo. Cansado de esos sueños y de pensar qué podía hacer, empecé a dejar de tener ganas de dormir. Eran frecuentes las ocasiones en que pasaba días sin pegar ojo. He tenido esos sueños durante años hasta el día de hoy.

Después de la historia que les contó el hombre, Adrián abrió el libro por la página de la llave y la frase en latín y se la enseñó al vendedor de antigüedades. El hombre les dijo el significado de la fase: La llave que abrirá la puerta del ángel.
No sabían a que ángel se refería el libro. Nunca antes habían oído hablar sobre un ángel que tuviese una puerta. Pero entonces a Carlos le pareció recordar algo.
-¿Dice usted que encontró la llave hace siete años? Adrián, hace siete años que nos conocimos, y fue delante de la estatua de un ángel que tenía un libro en las manos.
-¡Hostia! Es verdad. Ya me parecía a mi que el símbolo del libro lo había visto antes, estaba dibujado en el libro de la estatua. Señor, ¿quiere usted acompañarnos? Necesitaremos su ayuda, ha tenido esos sueños durante muchos años y, si descubrimos el secreto que se esconde detrás de ellos, quizás dejemos de tenerlos los dos.
-Está bien, supongo que puedo ser de utilidad, mi nombre es José Luis.
Al acabar la charla decidieron que esa misma noche los tres se verían en la plaza en la que antiguamente se encontraba el restaurante de los abuelos de Adrián.

5 comentarios:

IRENETA dijo...

uooo! m'encanta aquesta història, sa meva segurament se quedarà sense acabar, per variar u.u

IRENETA dijo...

xD, es que tenc sa sensació que suspendré català, així que he de fer treballs voluntaris: mirar pel.licules, llegir llibres, cantar gloses i presentar-se a n'es concurs literari. si, si ja me llegit sa teva història =)! Bé si te se ocorre algo di'm-ho =)!

IRENETA dijo...

He llegit lo que has publicat en es bloc, =D!

Juan Antonio dijo...

QUE LINDO, HERMOSO,Y TAN BELLO, YA QUE NO EXISTEN OTRAS PALABRAS SUPERIORES PARA DESCRIBIRLO.... ME ENCANTARIA ESCRIBIR COMO TU, PERO MI INSPIRACION SE PIERDE.."
UN ABRAZO

Anónimo dijo...

La llave del destino, para abrir el angel de piedra..sera interesante contemplar el final...si lo hay..los sueños empiezan y a veces no acaban..
Bonito rastro lo seguire..