lunes, 9 de febrero de 2009

La llave del destino 04: En el centro comercial

Al llegar al centro comercial aparcaron y se dirigieron hacia el supermercado. Cuando compraron todo lo que Adrián necesitaba fueron a dejar las bolsas al coche y pasearon por las tiendas del lugar. Entre risas y alegría escucharon música y miraron videojuegos en la tienda de discos, probaron diferentes butacas en la sección de muebles e incluso se probaron ropas antiguas en una pequeña y vieja tienda de antigüedades.
Después de descargar toda su energía riéndose con los extraños trajes que Carlos se ponía, se acordó de la caja que tenía debajo de su cama y, movido por un extraño instinto, le preguntó al dueño de la tienda si tenía llaves. El viejo hombre le respondió que sí y le sacó un enorme baúl. En él había llaves de todas las formas y tamaños: llaves antiguas de dimensiones descomunales, pequeñas llaves sin peculiaridad alguna, llaves para candados, llaves plateadas, llaves doradas,… Cuando ya había perdido toda esperanza y le dijo al hombre que las guardase, le pareció ver de reojo un pequeño destello y, gritando, le dijo al hombre que no guardase la caja a la vez que se abalanzaba hacia ella y cogía una pequeña llave plateada. El hombre le dio la llave pero, aunque Adrián no dijese nada, se dio cuenta de la extraña reacción del anciano.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bien acabado, me has dejado con ganas de seguir leyendo...:P

Me alegra que hayas vuelto por aqui :D